Esos monos chinos

Por Alejandra Maraveles


Siempre me he considerado la tía cool de la familia, esa que ya tiene edad de estar casada, pero que aún no lo hace. He visto a mis hermanos lidiar con sus matrimonios y, la verdad, no se me antoja entrar a algo así, sin embargo, los sobrinos son otra cosa.
Tener la alegría de los bebés y niños cuando están creciendo sin tener la responsabilidad de criarlos es lo máximo, aunque la situación cambia un poco cuando se convierten en adolescentes, porque te pega la vejez y en lugar de ser la tía buena onda, te vuelves la tía chavorruca, la de modas desfasadas. Yo juré que eso no me iba a pasar. Así que he tratado de seguir las tendencias, saber qué ocurre en el mundo para evitar hacer ridículos gratuitos.
Hace unos meses, cuando mi sobrina Montse cumplió 17 años quise darle un regalo especial, se ha vuelto una mega fan del grupo BTS, cuando le digo “tú y tus monos chinos”, de inmediato salta y me contesta con un “son coreanos, no chinos”, claro que lo sé, pero es gracioso ver cómo los defiende. Sé también que su ilusión máxima es verlos en concierto en vivo. Algo difícil, pues sólo han venido en un par de ocasiones a México dentro de eventos multitudinarios junto a más grupos y artistas.
Unas semanas antes de su cumpleaños, me enteré de un concierto con transmisión en vivo en los cines. Sería mi oportunidad para quedar bien con ella; la llevaría a ese evento. Me sorprendió un poco que, a pesar de ser sólo un streaming por la pantalla, conseguir los boletos fue una locura. Ya con los boletos en mano quería hacer el regalo más especial. Se me ocurrió mandarle a hacer unas playeras con su chico favorito de BTS, recordé las veces en que Montse decía “Soy una jiminista”, “Me encanta Jimin”. Iba a buscar en la web fotos del chico, la imprimiría en una camiseta junto con la frase “La jiminista #1”. No sólo quedaría bien, ella moriría de la emoción.
Al googlear me apareció la imagen del chico, pero me parecía demasiado lindo para que fuera el favorito de mi sobrina, y más cuando los dos novios que ha tenido llevaban tatuajes y piercings. Durante la búsqueda, en una de las fotos vi a uno de los integrantes con una descripción a lo que yo imaginaba, el chico se veía más rudo con sus piercings y sus tatuajes. No había pierde, debía ser ese el favorito de mi sobrina. Bajé la foto y la llevé al lugar de impresión de playeras.
El día de su cumpleaños, preparé una caja de regalo donde estaban los boletos del concierto junto a la playera que había mandado a hacer. Tal cual era de esperarse, mi sobrina gritó de la emoción, yo en mis adentros aguardé una reacción similar cuando viera mi idea materializada en la playera. Montse la sacó de la caja y después de mirarla unos segundos se giró hacia mí.
–Tía, está muy chida, pero…
–¿Qué pasa? –No podía haber “peros”, yo había planeado todo con cuidado.
–Pusiste “Jiminista #1”, pero el de la imagen es Jungkook.
–¿No es el que te gusta?
Mi sobrina negó con la cabeza.
–¿Tú y tus monos chinos? Todos se parecen.
Montse apretó los labios y me lanzó una mirada displicente.
–Primero, son coreanos, no chinos, y te recuerdo que no es la primera vez… hace dos años cuando me mandaste a hacer la pancarta con los chicos de One Direction, confundiste a Liam con Louis.
Mi sobrina me estaba dando una puñalada por la espalda al recordarme el fail de hacía dos años.
–Así que comienzo a pensar que tienes lo mismo que Brad Pitt, prosopagnosia. No puedes distinguir las caras, nada tiene que ver con que sean orientales.
Tal vez Montse tenga razón, era verdad que confundí también a los chicos británicos. Al final los boletos y acompañarla al concierto fue lo suficiente para que ella estuviera feliz. Yo utilicé la playera con la imagen de Jungkook, me di cuenta de que tiene muy buena voz, y ahora mi sobrina se burla de mí diciendo que ya soy fan del chico.
Yo sonrío, porque Montse es mi adoración, sin embargo, creo que lamentablemente me he convertido en la tía Chavorruca que, al querer quedar bien, he cometido errores que le hacen pensar eso de mí. Para la próxima, espero ya no hacer un regalo especial para sus monos chinos, y por mi propio bien, rezaré para que la siguiente celebridad de la quien se haga fan sea un solista, así evitaré cualquier confusión.