GORDITA DE CHICHARRÓN 

«Gorditas de chicharrón» – Foto de El Jurado, Playa del Carmen en Tripadvisor.com

Por Maggo Rodrigue

¿Qué pasa muchacho? Te veo indeciso. Se nota que tienes hambre, ya revisaste diez veces el menú de esta fondita, la de Doña Lupe. No pude evitar notar tu expresión cuando le preguntaste a la señora regordeta qué te recomendaba para hoy y te dijo que debías probar sus gorditas de chicharrón. Tu cara dibujó una sonrisa nerviosa y enseguida se borró. Por educación respondiste “gracias”, pero no seguiste la recomendación, pediste, como siempre, una orden de flautas de pollo. 

Otra oportunidad perdida para que tu boca me pruebe. Hombre, ¿no ves que las gorditas de chicharrón también somos deliciosas? Tu madre te dijo que nunca pidieras una porque podrías engordar, ¿qué más le da a ella si eres gordo o flaco o si yo soy una guajolota, un pambazo o un sope? No le debería importar como te llenes la panza sí tienes el corazón contento, yo podría alegrarte la vida.

Una no es ninguna. Muchos comensales vienen aquí a pedir una gordita de chicharrón desde lejos y a veces piden para llevar. Sí, me han mordido varios dientes y todos quisieron repetir, pero tú no te atreves a ordenar otra cosa que no sean esas dichosas flautas. 

También son buenas, pero ¿qué no es rico aquí en tu fondita predilecta? No quiero cuestionar tus elecciones pero ponte a pensar un poquito. Esas flautas son muy latosas, prepararlas con una cosa y otra: que si la lechuga, el queso, la crema, la salsa, el chile… en cambio yo, estoy lista para saciar tu hambre, sólo agregas un chile, si quieres. Ellas son rígidas, tienes que masticar y masticar, y a veces hasta te llegan a herir los labios. Como una buena gordita de chicharrón, soy suave, uniforme y de ninguna manera te haría daño.

¡Sólo míralas! Brillan del aceite en el que las remojan. Mi color es natural, mi interior y exterior se pueden saborear separados, pero juntos son una verdadera delicia, un sabor único que aún no has degustado. 

Mis curvas son perfectas, a mí me hizo la mano de un mujerón como lo es doña Lupe, desde que coció el maíz para el nixtamal hasta que me dio la forma redondita que tengo. Las flautas vienen de las máquinas del molino y la tortillería, sólo porque también son de maíz, pero todo lo demás es artificial, no tienen en ellas amor y dedicación, además, dicen que los pollos de las granjas son todo menos pollos normales, les inyectan hormonas y ve tú a saber qué más. 

Quisiera que un día me dieras la oportunidad de consentir a tu barriga, porque el camino al corazón de un hombre es el estómago. Te aseguro mi sabor es único, especial en toda la gastronomía mexicana. No me importaría sufrir un poquito si es en tu boca, porque al final verías que valgo la pena y repetirías plato. 

Ojalá vuelvas mañana con mucha hambre a la hora de la comida, que en tu trabajo te den sólo 20 minutos para comer y no te quede opción más que pedirme, tendrás que ordenar una gordita de chicharrón. Pero será mañana, porque por hoy, es hora de cerrar.