DESENCANTAMIENTO PARA LOS BESOS DE UN SAPO BESUCÓN


Por Maggo Rodríguez

Como tu bruja de cabecera, te advertí que debías jugar con cuidado en el estanque de los sapos besucones. Lo sé, es el estanque más bonito de todos, pero los sapos que viven alrededor son los más escurridizos y sus babas son difíciles de quitar.
Por suerte, tengo el remedio perfecto para los besos de sapo besucón; sin embargo, deberás darte prisa para juntar los ingredientes, antes de que las babas puedan llegar a tu cabeza. Te lo garantizo, será una infalible protección, siempre y cuando estés dispuesta a conseguirlo.
Lo primero será un corazón de serpiente, frío pero flexible. Ese corazón de pollo que tienes ya no servirá, mira nada más, los besos con baba de ese sapo lo resecaron y ya lo dejaron roto. Con eso lo vamos a reparar.
Necesitas embotellar un destilado de 500 lágrimas tuyas. Deben ser lloradas de noche, porque son las más fuertes y concentradas.
Consigue el estómago de un buitre para no vomitar tus palabras, esto es para que puedas evitar decirle alguna tontería sentimental a cualquier sapo.
Uno de los elementos más difíciles de encontrar son las pepitas de realidad. Tendrás que nadar en contra de la corriente del río de las ilusiones y llegar hasta el fondo. Ahí encontrarás la ostra de la razón. Es complicado abrirla, pero no debes desistir, ya que las pepitas se encuentran en su interior.
Una vez que consigas todo esto, lo vamos a fundir con muchos lingotes de amor propio. No temas traer varios. Para iniciar el fuego, necesitaremos una varita de odio. Te será fácil conseguirla, lo único que debes hacer es seguir a escondidas a tu sapo por un día. La varita aparecerá cuando cierres el puño ante la ira que te invadirá al ver que las palabras salidas de su boca son mentira, pues no eres la única que lo besa en estos días. ¿Cómo lo sé? Es su naturaleza, mi niña, además un pajarillo azul me lo contó.
En el caldero del vacío existencial haremos la mezcla y obtendremos un metal precioso, te guiaré para que forjes una bella corona. Con su brillo, alejarás a los sapos besucones, ellos tienen una mirada delicada y de poco alcance.
Y si acaso crees haber perdido tu corona, yo te regalaré un espejo de recuerdos para que te veas a los ojos y encuentres tu corona ahí, justo encima, protegiendo tu cabeza y además me recuerdes a mí, tu tía bruja de cabecera.