
Por María Rábago
Letras
Dejo mis sueños,mis ansias,
Los libero en forma de letras.
Las derramó hechas tinta y las dejó descansar
Sobre papel
Ahí quietas ya
Duermen aniquiladas
Insurrectas
Quizás alguien venga
las descubra
las guarde en su corazón
Quizá él podrá
Después de recogerlas
Mirarme con ansia y sueños
Esos que dejé guardados
Con tinta sagrada enredados en papel
Todo está aquí.
Mi vida, vertida en tinta
Sobre un papel.
Que quizá nadie vera
Oh quizás llegarán
ojos con alas.
Que las tomen entre sus dedos de seda
y laman la tinta bendita de mis pulsaciones
Y enciendan esos sueños y ansias
Entre tinta y papel derramadas.
Tinta
¿Quién soy yo para querer enamorar a la tinta con mis torpes e inútiles dedos?
Cómo pretendo deslumbrar, ante la hoja pura y blanca, con mis tantas manchas.
Cansada la tinta de ser derramada, se niega ante el escritor y lo acalla.
El escritor implora ante la hoja, se plasme sobre ella su alma.
La tinta lo mira con ternura y lástima…
Se compadece y una lágrima derrama, sabe que, al entregarse, su vida acaba.
No le importa y comienza a deslizarse suavemente, haciendo una sublime danza.
sucumbe ante la hoja, la cubre de magia.
Sacude entera su alma, enciende en ella la llama.
Se da entera.
Al escritor enamora.
Orgullosa languidece, pálida y serena,
Al pensar que se hará eterna, y al escritor se entrega.
Ahora habita dentro de su alma lo contempla desde adentro
Sabe que comienza el idilio, que los hará eternos.

